Estaba claro que la casa de Cristiano Ronaldo tenía que ser grande en cuanto a tamaño, calidades y precio.


El deportista mejor pagado del mundo no se va a andar con chiquitas a la hora de buscarse un nido, y lo ha demostrado.

Después de un año de misterio mientras se llevaba a cabo la batalla entre dos millonarios por el piso superior de la Rua Castilho 203, la casa más cara de  Lisboa, se ha desvelado que el comprador definitivo es Cristiano.


El delantero de la Juve ha pagado, según la revista portuguesa TV7 Dias, 7,2 millones de euros por el apartamento.

Poco es, si nos permitís, para los 30 millones que se embolsa al año. Pero creemos que estaréis de acuerdo con nosotros en que están bien gastados.


Lo primero que tenemos que destacar del apartamento es la localización. Situado justo al lado del parque Eduardo VI, los pisos superiores tienen una vista panorámica del parque, la  ciudad de Lisboa Lisboa y el océano atlántico.

Y es Cristiano quien la disfrutará. El futbolista se ha hecho con las plantas 13 y 14, de unos 288 metros cuadrados cada una.


Además, al ser el 14 el piso más alto, dispone de una terraza de 260 metros cuadrados sobre el piso que incluye una piscina infinita que domina la ciudad.

Cada una de las casas está dividida en tres dormitorios con sus baños, una cocina, sala lavandería y un enorme salón.


Tanto este último como las tres habitaciones disponen de ventanales de suelo a techo que permiten aprovechar al máximo la luz y las vistas.

También tiene ventanal el baño principal, con lo que uno puede disfrutar de un baño de burbujas mientras disfruta a vista de pájaro las calles de  Lisboa.


La suite principal, la más grande, dispone además de una pequeña sala de estar, suelos de nogal y un panel de madera que divide los espacios. El baño está hecho de mármol blanco con vetas grises y está dispuesto estilo spa.

El punto tierno de la historia: la nueva casa de Cristiano Ronaldo se encuentra en una de las calles más caras de  Lisboa pero, curiosamente, no está demasiado lejos de la zona más humilde.


A pocos kilómetros del apartamento se encuentra el hostal donde Ronaldo estuvo viviendo cuando salió de Madeira para empezar su carrera en el Sporting.

Y la hamburguesería donde él y su compañero solían mendigar restos de carne. Cualquier parecido con un cuento de Navidad es pura coincidencia.